La Subsecretaria de Turismo, Mónica Zalaquett, comparó el potencial de la industria del astroturismo con la proyección del enoturismo hace 10 años, hoy una industria consolidada
El astroturismo es cada vez más un reclamo de viaje. Prueba de ello son las miles de personas que en los próximos días se trasladarán a la Serena el martes 2 de julio para para contemplar el eclipse total de Sol desde el punto del planeta donde mejor se observará.
Es ya más que popular desplazarse para acudir a planetarios, observatorios y contemplar las estrellas en los cielos despejados de algunos lugares del mundo, como Atacama, así como el turismo que suscitan fenómenos como las auroras boreales y Sol de Medianoche que se produjo hace tan solo unos días en el Polo Norte.
Sin embargo, a nivel global, esta es una tendencia más bien reciente, que poco a poco se está convirtiendo en una industria con gran potencial. Con motivo del eclipse y el auge del astroturismo en Chile, la Subsecretaria de Turismo, Mónica Zalaquett, estableció un paralelismo entre el estado actual del sector astroturístico y cómo se proyectaba en enoturismo hace una década, en CNN:
“Quien llega a Chile normalmente pasa a una viña. Nuestros vinos son reconocidos y ese turista quiere venir a vivir una experiencia en los valles vitivinícolas. Pero hace 10 años no era un producto consolidado. Lo mismo está sucediendo con el astroturismo.”
La pregunta es qué pasos seguir para ir fortaleciendo estas industrias incipientes cuando se avista su potencial. Alicia Ortiz, Gerente de Enoturismo Chile, explicaba que en materia de turismo enológico, fueron los mismos actores de la industria quienes advirtieron las nuevas necesidades de sus visitantes que, además de sentir interés por toda la cultura que rodea al producto insigne de Chile, demandaban lugares para comer, alojarse, realizar actividades al aire libre o puntos informativos como museos, salas de aromas, proyecciones, donde profundizar en su experiencia. Por este motivo, nacieron las rutas del vino hace ya dos décadas y que hoy pretenden instalarse en valles desde Atacama hasta La Araucanía.
En un esfuerzo institucional por apoyar todo el proceso, canalizar los esfuerzos público-privados y potenciar la diversidad y visibilidad de la oferta, se crea en 2016 el Programa Estratégico de Corfo Enoturismo Chile, que desde febrero de 2018 trata de:
“Favorecer la articulación y colaboración entre los actores públicos y privados involucrados en el Programa, logrando establecer los mecanismos necesarios para el desarrollo de este sector consolidando un sistema de articulación mesoregional.”
Entre la diversidad de esta oferta, se encuentra más de una viña con panoramas que combinan eno y astroturismo, con experiencias de maridaje bajo las estrellas, observatorios para los visitantes e incluso “vino meteórico”.
Según datos de la Subsecretaría de Turismo, solo el 1% de los más de 6 millones de turistas que llegan a Chile anualmente, visitó un observatorio, no obstante, sabemos que muchos de ellos, especialmente nuestros vecinos, suelen tener como objetivo principal disfrutar de la riqueza de los valles vitivinícolas, disfrutar del vino chileno y visitar las más 110 viñas abiertas al turismo en el país. Es por tanto más que razonable pensar que, un país que cuenta con el 40% de las instalaciones astroturísticas de todo el mundo, tiene un gran potencial como destino líder de observación de cielos internacional.