Estamos en plenas fiestas patrias y seguro que todos los adultos vamos a tomar vino: solo, en terremoto, chicha, ponche… en casa, con amigos, en la fonda, en la plaza del pueblo… Las combinaciones son infinitas para alcanzar con el producto estrella de Chile un #MaridajePerfecto para celebrar el 18.
Pero, más allá de tomarlo, ¿sabemos cómo hacerlo? ¿Quién sabe catar un vino?
A diferencia de otros tragos, el vino encierra todo un universo de aromas, sabores, texturas y maridaje gastronómico. La directora de DeVinos Comunicación en España, Lorena Díaz, le quita importancia al expertise que requiere el aprender a apreciar el buen vino. Hay que seguir tres etapas: la visual, la olfativa y la gustativa.
Para empezar, tenemos que analizar el grado de humedad del corcho para saber cómo estuvo guardada la botella. Cuando la descorchemos y vertamos el vino en la copa, hay que inclinarla hasta casi la horizontalidad. Así observaremos si el vino está limpio y brillante, o no. Además, según la densidad de las gotas que aparezcan al agitar la copa, conoceremos la graduación del vino.
En el blog de Concha y Toro dan un dato indiscutible respecto a la segunda fase:
“La nariz es el instrumento que envía información al cerebro y está estrechamente ligada al gusto”.
Primero se huele la copa sobre la mesa. Luego se levanta y se le da un firme giro circular para que el vino desprenda sus aromas más intensos. Para finalizar, hay que olfatear el vino con suavidad.
La mejor parte para el público amateur, eso sí, es la tercera: ¡probar el vino! La revista especializada española Vinetur nos recuerda que en la lengua distinguimos cuatro gustos básicos: dulce, salado, ácido (o agrio) y amargo. Estos, sumados al aroma del vino, nos conducirán a percibir un sabor en particular. La lengua, además, también recibe sensaciones de tipo táctil: cuerpo, astringencia, temperatura, efervescencia y textura
En Chile, con la cantidad de Denominaciones de Origen y cepas que el terroir es capaz de engendrar y hacer crecer, tenemos harto para explorar. ¡Ahora nos queda disfrutar de las fiestas con un buen vino chileno! Sin darnos cuenta, muchos de nosotros viviremos estos días una aventura de turismo enológico por todo el país.