4 A 6 PERSONAS
- 60 gramos de aceite de oliva
- 6 piezas de pollo de aproximadamente 80 gramos
- 3 longanizas de aproximadamente 120 gramos.
- 200 gramos de costillar ahumado
- 400 gramos de cortada en cuartos
- 1 cabezas de ajo cortada en la mitad
- 750 gramos de sauvignon blanc
- 5 gramos de pimienta negra entera
- 1 hoja de laurel
- 1 kilogramo de almejas frescas
- 1 kilogramo de cholgas frescas
- 1 kilogramo de choros frescas
- 3 o 4 hojas de repollo enteras
En una olla profunda y grande para contener todos los ingredientes, calentar el aceite de oliva y sellar el pollo. Agregar cebollas y ajo. Luego agregar el vino y cocinar durante 15 minutos a fuego medio. Añadir las longanizas, costillar ahumado y dejar cocinar durante 10 a 15 minutos a fuego medio. Sobre las carnes poner las almejas, cholgas y choritos. Cubrir con las hojas de repollo y tapar. Cocinar hasta que los mariscos se abran. Apagar el fuego y servir de inmediato.
*Es muy importante que los mariscos estén frescos y vivos. Esta receta no funciona correctamente con mariscos congelados.
Maridaje:
Este caldo, resultado de la cocción por capas de carnes y mariscos, es sublime. Un sabor característico que representa muy bien a Chile y a la belleza de los paisajes del sur. Es una plato complejo, ahumado, mezcla de carnes y mariscos. Sin duda se llevará de maravillas con un Pinot Noir de esta región.


Mar y Tierra
El curanto (mapudungun: kurantu, «pedregal») es una comida típica de Chile, procedente de Chiloé, y que en la actualidad se ha difundido principalmente por el sur de Chile. Se han descubierto preparaciones similares en la Isla de Pascua, tradición que trajeron los habitantes de la Polinesia donde el plato era llamado “umu”. Se cree que fue el pueblo de los “Chonos” quienes tenían grandes habilidades para la navegación y pesca, quienes recibieron de los isleños esta tradición. De ahí esta fue traspasada a los indios “Huilliches” y de ahí a los conquistadores españoles, donde se fueron agregando diversos ingredientes como la carne de cerdo o aves. En Chiloé se arraigó definitivamente, gracias a la habilidad que tuvo la población en convertir esta comida en un rito social y turístico, esto fuertemente determinado por la necesidad de contar con mucha mano de obra para su preparación. Existen dos versiones de esta preparación, la que se prepara al aire libre y en un pozo cavado en la tierra,llamado “curanto en hoyo” y en olla, conocida como “Pulmay”, que conserva la técnica de capas para su cocción.